Pequeño Club Sonoro es un proyecto desarrollado conjuntamente por los colectivos DART, Súpermanazas y Chico-Trópico.
DART, colectivo centrado en diálogos entre arte y tecnología, desarrolló la programación que hace posible que suenen los diferentes dispositivos de La isla. Usando un sistema de control original, que recoge información de diversos sensores y sintetizadores, y mediante arduino, la instalación se convierte en un gran parque de juegos sonoros para niños y niñas.
Súpermanazas, colectivo dedicado a la creación de piezas originales, muebles e instalaciones artísticas, ha desarrollado el diseño y la construcción de la isla física. Ha trabajado con materiales reciclados y orgánicos.
Chico-Trópico, centralita de acciones artísticas vinculadas al sonido, ha desarrollado el diseño sonoro de La isla, las grabaciones y el procesamiento de sonidos, además de la comunicación y desarrollo web.